“Si no estás en TikTok, no existes”. Esta frase puede sonar exagerada, pero tiene su punto de verdad si tu organización trabaja con, para o desde la juventud. TikTok se ha convertido en mucho más que una red de bailes y vídeos virales. Hoy es un espacio cultural y político donde se construyen identidades, se generan debates y, sí, también se activan conciencias. Y eso, para el tercer sector, debería ser una llamada de atención.
La pregunta no es si TikTok es «adecuado» para las entidades sociales, sino si estamos dispuestas a comprender y aprovechar sus lógicas comunicativas sin perder nuestra esencia. Porque no, no vale con reciclar un spot en vertical o subir un vídeo institucional con subtítulos grandes. TikTok exige otra mirada: más ágil, más emocional, más auténtica.
Desde luego, no todas las causas o campañas encajan bien en este ecosistema. Pero hay una ventana de oportunidad para aquellas entidades que trabajan con juventud, derechos humanos, salud mental, feminismos, ecologismo o migraciones, entre otros temas que están muy presentes —aunque a veces de forma polarizada— en el día a día tiktoker.
En España ya hay ejemplos muy interesantes de organizaciones que han decidido entrar en este terreno con creatividad y responsabilidad. (Os aconsejamos activar el audio para oír los ejemplos)
Save the Children, por ejemplo, ha adaptado perfectamente su mensaje sobre pobreza infantil al lenguaje de TikTok, mezclando humor, datos duros y referencias culturales que conectan con su público.
@savethechildren_es Una sola palabra lo cambia todo. La IA no inventa. Aprende de nosotros y nosotras. Por eso, cuando cambias “Japón” por “Gaza”, el resultado es muy revelador. La inteligencia artificial trabaja con el mundo que hemos creado. Ayúdanos a cambiarlo. Las imágenes de esta campaña han sido creadas en un experimento real con Midjourney (abril 2025). 👉 Dona o infórmate en la web unapalabra.savethechildren.es #CambiandoUnaPalabra #IA #SaveTheChildren ♬ original sound - Save the Children España
La Federación de mujeres jóvenes ha sabido construir una narrativa feminista potente en formato breve, desmontando mitos machistas con vídeos claros, directos y emocionalmente muy potentes.
@federacionmujeresjovenes Entrando en nuestra era TikTok🫡 ♬ original sound - Rafael Rodriguez
Greenpeace España, por su parte, utiliza la ironía y la agilidad visual para hablar del colapso climático sin resultar alarmista ni condescendiente.
@greenpeace_esp Además de ser un problema ético, el desperdicio alimentario genera un fuerte impacto ambiental. En España, desperdiciamos más de 20 millones de toneladas de alimentos al año, ¡la CUARTA PARTE de los alimentos que producimos! Pero podemos reducirlo a la mitad.
♬ sonido original - Greenpeace España
Y hay más: la Fundación ANAR lanzó recientemente una campaña sobre salud mental adolescente con microhistorias que funcionan como pequeñas piezas de ficción, mostrando lo cotidiano de la ansiedad o el aislamiento con una sensibilidad admirable.
@fundacionanar 👦🏽👧🏽 No soy un muñeco/a El acoso escolar no es un juego. Si te pasa a ti o a alguien que conoces, no estás solo/a. Podemos ayudarte. 📱 900 20 20 10 (Teléfono ANAR para Niños/as y Adolescentes) 📱 600 50 51 52 (Teléfono ANAR de la Familia y los Centros Escolares) 💻 chatanar.es #NoSoyUnaMuñeca #NoSoyUnMuñeco #FundaciónANAR #DíaContraelAcosoEscolar #Bullying
♬ sonido original - Fundación ANAR
Estos ejemplos demuestran que TikTok puede ser una herramienta poderosa si se utiliza con sentido y coherencia. No hace falta tener un gran presupuesto, pero sí claridad sobre lo que se quiere contar y a quién. El algoritmo de TikTok no premia a quien más seguidores tiene, sino a quien logra conectar en los primeros segundos. Esto puede ser una gran ventaja para las entidades pequeñas, pero también una trampa si nos dejamos llevar por lo viral y perdemos profundidad.
Por supuesto, no todo es potencial. También hay riesgos. TikTok puede trivializar temas complejos si no se cuida el enfoque, y el uso de testimonios personales en una plataforma tan abierta y adictiva debe hacerse con mucho cuidado, especialmente si hablamos de menores o personas en situación de vulnerabilidad. Además, la presión por generar contenido constante puede llevarnos a un agotamiento creativo o, peor, a una comunicación sin alma.
Entonces, ¿merece la pena estar en TikTok? La respuesta no es universal. Pero si tu entidad trabaja con personas jóvenes, si tu causa tiene una dimensión emocional fuerte, y si estás dispuesta a experimentar sin perder el foco ético, TikTok puede convertirse en un canal clave para llegar donde otros medios ya no llegan. Ahora bien, es importante tener claro que no todo es viralidad y conexiones significativas. Entrar en TikTok también implica asumir ciertos riesgos comunicativos que, en otros canales, se gestionan de forma más previsible.
Uno de los principales desafíos es la exposición a la crítica constante. Las comunidades en TikTok pueden ser muy receptivas… o muy hostiles. No es raro que un vídeo bienintencionado reciba una oleada de comentarios sarcásticos, ofensivos o directamente violentos. Cuando una causa toca temas sensibles —como el racismo, el feminismo, la diversidad sexual o los derechos de las personas migrantes— es habitual que surjan haters, cuentas troll o incluso campañas organizadas de acoso digital. Y si la campaña no está bien planteada, puede suceder justo lo contrario de lo que esperábamos: provocar rechazo, burla o malentendidos que dañen la reputación de la entidad.
También puede haber lecturas tergiversadas del mensaje, especialmente si el formato obliga a simplificar realidades complejas. En TikTok, la interpretación del contenido no depende solo de lo que tú publiques, sino también del contexto cultural, los audios en tendencia, las costumbres del algoritmo y las lógicas de viralización. Un ejemplo de esto puede ser una campaña sobre salud mental que, si no se comunica con matices, puede acabar estigmatizando aún más en lugar de sensibilizar.
Y no hay que olvidar el riesgo de sobreexposición emocional, tanto para quien comunica como para quien aparece en los vídeos. Los testimonios reales pueden conectar profundamente, pero también exponen a las personas protagonistas a miradas externas, a la revictimización o a una explotación involuntaria de su dolor.
Por eso, antes de lanzarse a TikTok, es clave diseñar una estrategia clara, con límites, con protocolos para responder a comentarios problemáticos, y con una mirada crítica constante sobre lo que se publica y cómo se recibe. No se trata de tener miedo, sino de no entrar a ciegas. Porque TikTok puede ser una herramienta valiosa para transformar miradas… o una vía rápida para perder el control del relato.
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